Después de ver este restaurante recomendado en varias webs y decírnoslo en persona más gente allí en La Habana decidimos probarlo.
Está situado en un edificio de tres pisos frente al Capitolio, en cada uno de los pisos hay un restaurante. Los Nardos está en el primer piso.
El salón es amplio, la luz muy tenue y el servicio abundante y atento. Pedimos para compartir unos garbanzos que son típicos del local y estaban buenísimos. Luego pedimos dos platos de carne. Las raciones son abundantes y los precios muy buenos para la calidad/cantidad servida.
Durante la comida un pianista en directo interpretaba versiones de canciones cubanas e internacionales.
Un aviso para los caballeros: es preciso llevar camiseta que no deje los hombros al aire. Si os coincide, un amable camarero os prestará una chaqueta de traje para poneros. Lo guapísimo que estaba papi con sus pantalones cortos, camiseta de tiras y blazer!!! Lástima de no haberle sacado una foto!! :D
Quisimos repetir otra vez pero las veces que nos acercamos había unas colas interminables... :(
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