A la vuelta de Playas del Este aprovechamos para cruzar en barco al
otro lado de la bahía de la Habana. El barco se coge en la terminal
al final del Malecón, al lado de la zona de trasatlánticos. El
viaje cuesta un CUC.
El trayecto dura muy poquito y es una manera de ver La Habana desde otra perspectiva, apreciar el frente. Nosotros fuimos al atardecer y la luz era muy bonita sobre el Malecón.
El barco llega a Casablanca, un antiguo
pueblo de pescadores. Desde el parque central sube una cuesta (id con
ánimo que bajo el calor cubano tira de lo lindo...) con bellas
vistas de La Habana o se puede coger un bus/taxi para subir hasta el
Cristo.
El Cristo mide unos 20 metros, está construido en mármol de Carrara
y fue inaugurado el 25 de diciembre de 1958, siete días antes del
triunfo de la Revolución Cubana.
Fuente: web.
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