Hasta pronto Cuba, hola Florida!

La última mañana habanera nos recogió en nuestro apartamento el taxista que habíamos arreglado con Marly y le pedimos el favor que de paso que íbamos al aeropuerto nos parara en la Plaza de la Revolución para hacer la foto de rigor. Es la segunda vez que iba allí y la plaza me sigue impresionando. Es una de las más grandes del mundo, 72000 metros cuadrados e imaginarla llena de gente en los días de los grandes discursos impresiona.


En la plaza podemos ver el Monumento a José Martí (punto más alto de La Habana) y las famosas imágenes del Che (en el frente del Ministerio del Interior) y Camilo Cienfuegos, obras de Enrique Ávila.


Después nos acercó al Aeropuerto José Martí. Allí fuimos hasta la zona de Delta, en donde -en lugar de las dificultades que suponíamos íbamos a tener tras leer otros blogs- todo fue sencillo y cómodo. Nos dejaron facturar todo de manera gratuita, nos atendieron de una manera muy correcta y al final, al ser todo tan sencillo nos sobró tiempo en el aeropuerto para embarcar.


Cambiamos los CUCs que nos quedaban y tomamos algo para desayunar en la cafetería mientras hacíamos tiempo para despegar hacia Miami.


El vuelo es corto y rápido. Nos ofrecieron un tentempié y fue muy chulo ver los Cayos y la llegada a Miami y los Everglades desde el aire.

Aterrizamos, recogimos el equipaje que llegó enseguida y nos preparamos para el paso por la aduana. Nuestra experiencia anterior en Washington había sido nefasta y pensando en que veníamos de Cuba, siendo de un tercer país, con como estaba EEUU ahora sería peor peeeeero... no tuvimos nada de espera! Nos atendió un agente amabilísimo, educado y divertido, que hasta le regaló un dibujo que hizo de Minnie al peque. Conversamos de la situación en Cataluña, de sus viajes por Europa,... da gusto encontrar a personas así, que hacen su trabajo de una manera tan eficiente y amable!!

Así que con más antelación de la esperada nos acercamos hasta la zona de Rental Car del aeropuerto y en concreto a Alamo, que era donde teníamos hecha la reserva. Aquí la atención ya fue otra historia... pero bueno, resolvimos pronto y nos fuimos al parking a recoger nuestro coche. Habíamos reservado un convertible y nos trajeron un precioso Ford Mustang azul descapotable que fue la delicia de papi durante todo el viaje.

Paramos a comer de camino, en un MacDonalds, cruzamos los Everglades y paramos en Naples. En principio no teníamos pensado parar ahí, coincidió la primera ciudad que nos encontramos al salir de la 75. Y menuda ciudad, qué casas más bonitas, que calles más limpias y colocadas! Cuando miramos información resulta que Naples es una de las ciudades más ricas de EEUU, la segunda en proporción de millonarios por cápita.

Pasamos la tarde en la playa, en la bahía, con una puesta de sol es-pec-ta-cu-lar!


Cuando se hizo oscuro retomamos la ruta por la costa oeste de Florida hasta llegar a Kissimmee, donde teníamos la primera noche reservada en el Econo Lodge Inn Maingate. Nos dieron una habitación enorme con dos super camas tamaño king. El hotel tiene piscina, traslado gratuito a Disney, una zona de tiendas al lado,... 

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